El claustro docente del Karol Wojtyla ha participado en un Retiro de Cuaresma con motivo de la celebración de este tiempo litúrgico. Dicho retiro ha sido dirigido por Don José Zarco, Capellán del Centro, quien ha recordado al profesorado que es importante que, además de a título personal, vivamos este tiempo de preparación en comunidad. Dejamos aquí un resumen de sus palabras durante el retiro:
«Nuestra identidad cristiana es la llamada a la santidad. En el libro del Levítico el Señor nos dice: ‘Sed santos como yo soy santo’. Esto no es una cosa extraña. Desde nuestro bautismo ya se nos ha introducido en el mundo de Dios y tenemos participación en la vida divina. Esta participación en la santidad debe ir creciendo. Además, la santidad está al alcance de todo bautizado y no debemos descartarla.
La voluntad de Dios es nuestra santificación. Lo dice la Escritura. En el Capítulo 2 de la Carta de San Pablo a los Efesios leemos: ‘Dios Padre nos eligió en Cristo para que fuéramos santos e intachables ante Él por el amor’.
En la Carta a los Colosenses (Col 1, 21-23) se dice: ‘Vosotros, en otro tiempo, estabais alejados por vuestros pensamientos y malas acciones. Ahora, habéis sido reconciliados para ser admitidos, santos, en su presencia’.
Ahora que el Papa Francisco ha cumplido 6 años como sucesor de Pedro, ha escrito una exhortación apostólica hablando de la santidad. No es algo accesorio. Habla de los rasgos que tiene que tener esa santidad en el mundo de hoy. Es una carta fundamental.
¿Qué es ser santos? Es ser distintos a la mentalidad del mundo. Ser diferentes. Jesús decía que teníamos que ser la sal de la tierra y la luz del mundo. Pero esto supone ir a contracorriente. Hay elementos en el mundo que proceden del Evangelio, pero siempre el mundo estará en contra del Evangelio, porque el Evangelio no está en la moda. Nunca ha habido un tiempo histórico plenamente evangélico. Por tanto, algo importante es no tener miedo a ser diferentes.
San Lucas nos habla del amor a los enemigos, de hacer el bien a quienes nos odian (Lc 6, 27-36). Si amamos a los que nos aman, ¿qué mérito tenemos?
Esta manera de vivir en la diferencia es vivir las Bienaventuranzas del Señor. Es ser testigos de Cristo [… ]. Y para formar alumnos a imagen de Cristo los profesores han de formarse también. Así es como debemos educar en nuestro Colegio.
En Pentecostés los apóstoles anunciaban a Dios. Sin embargo, hoy en día no se habla de Dios. El Papa Juan Pablo II lo llamaba la ‘apostasía silenciosa’. Es importante que reflejemos que somos cristianos sin miedo y con expresiones como ‘si Dios quiere’, ‘gracias a Dios’, ‘rezo por ti’…
El Señor nos dice: ‘Sin mí no podéis hacer nada». Lo bueno que hay en nosotros se lo debemos a Dios. La ayuda nos viene del Señor. […] No tenemos que tener miedo al examen de conciencia. Y debemos sentir como propios los pecados de todos y pedir perdón por los pecados de todos.
Reconocer nuestro pecado es el primer paso para la conversión. El Señor es misericordioso. Hay que volver a enamorarse del Señor para que no nazca en nosotros la tentación. Por eso es tan importante buscar la intimidad con Él en la oración. Si no nos llenamos de Dios nos seducirá cualquier otra cosa, pero los sucedáneos no llenan el corazón.
Debemos familiarizarnos con la Sagrada Escritura (incluso subrayarla, manejarla…). No solo de pan vive el hombre. […] Y también podemos vivir la Eucaristía diaria, que es un regalo. Hay personas en el mundo que recorren kilómetros para comulgar.
Es muy importante que en esta Cuaresma seamos hermanos en Cristo».