El Colegio Karol Wojtyla ha vivido hoy una de las Misas más emotivas de cuantas se celebran a lo largo del curso. Adelantándonos a la solemnidad de Todos los Santos, hemos orado por todos nuestros difuntos. Lo hemos hecho de una manera muy especial: los alumnos han facilitado al equipo de Pastoral el nombre de sus familiares o amigos recientemente fallecidos y, de esta manera, se han nombrado uno por uno, ofreciéndose la Eucaristía por el eterno descanso de todos y cada uno de ellos.
Don Carlos María ha presidido hoy la celebración y ha pronunciado una bellísima homilía, que los alumnos han escuchado con mucha atención.
El sacerdote ha llamado, en primera instancia, al decano de los estudiantes, un alumno que a diario hace de «puente entre el resto de alumnos, cuando están en clase, y las personas que están fuera del aula». Partiendo de esta sencilla metáfora, Don Carlos María ha explicado a los presentes que Jesucristo tiene también la misión de hacer de puente. «Un puente que une el Cielo y la Tierra. Pero es un puente bien fuerte, bien seguro».
Ha sido Dios quien, teniendo tantos deseos de que Cielo y Tierra estén unidos, «ha enviado a su Hijo, que se ha hecho hombre y ha construido un puente por el que vale la pena cruzar. Un puente que une nuestra casa con la Casa de Dios».