El Colegio Karol Wojtyla ha tenido el honor de recibir recientemente a Don Fernando Díez Moreno, Abogado del Estado con un impresionante currículum en el ámbito político de nuestro país. Díez Moreno ha impartido una interesantísima conferencia con el título San Juan Pablo II, hombre de nuestro tiempo.
El ponente ha hablado a los asistentes sobre el Santo que antes de ser Papa se llamaba Karol Wojtyla, pertenecía a un club de teatro y calzaba por costumbre unas sencillas zapatillas de deporte. Las anécdotas narradas han sido numerosas y los asistentes han disfrutado muchísimo escuchando la historia de nuestro Patrono, al que han conocido en mayor profundidad gracias a Díez Moreno.
Entre otros entrañables sucesos, el ponente ha hablado de cómo Karol Wojtyla fue cobrando protagonismo en el seno de la jerarquía eclesiástica de una Polonia impregnada de marxismo anticatólico. Casi sin él desearlo, el joven y humilde sacerdote, que hacía su labor pastoral de forma clandestina, fue ascendiendo posiciones. El Arzobispo de Cracovia le encargó redactar una tesis doctoral, proceso que culminó con Karol Wojtyla impartiendo clases durante cuatro años en la única universidad católica de esta ciudad.
Y fue después de todo aquello cuando el Papa Pablo VI decidió nombrarlo obispo: Karol Wojtyla tenía solo 38 años y trató de negarse alegando su excesiva juventud. «Es un problema que se resolverá con el tiempo», le respondieron. Wojtyla entró en el primer convento de monjas que pudo encontrar nada más recibir la noticia. Y pasó dos horas tumbado rezando ante el Sagrario. Quería dar gracias a Dios.
A Karol Wojtyla se le debe, entre otras cruciales aportaciones, la inclusión de un capítulo centrado en la Virgen María en el Concilio Vaticano II. Consiguió también que se estipulara que los padrinos de los bautizos debían asumir la obligación de educar católicamente a quien se bautizaba, sin ser un mero cargo social.
«Este Concilio lo empezó como obispo y lo terminó como Arzobispo de Cracovia. Su nombramiento tiene mucha importancia. Hasta entonces todos los nombrados pertenecían a la nobleza. Él fue el primero que no se ajustaba a esto», explica Díez Moreno.
Como Arzobispo abrió sus puertas a todo el mundo, de manera que no había que pedir cita para tener audiencia con él. Cualquiera podía visitarlo. Siguió defendiendo la libertad religiosa dentro de un régimen comunista hasta el punto de «construir una Cruz en medio del barrio obrero de Nowa Huta. La levantó por la noche».
Más tarde, Karol Wojtyla fue elegido para impartir unos ejercicios espirituales a Pablo VI y a todos sus cardenales. Era conocidísimo dentro del Vaticano pero no fuera, de manera que su posterior nombramiento como Papa, en 1978, dejó al mundo entero sorprendido. «Nadie sabía quién era, y él era consciente».
Ha sido una delicia escuchar en boca de un experto la historia de San Juan Pablo II, sobre todo la etapa previa y desconocida por muchos de los asistentes: la etapa «Karol Wojtyla». Dejamos una recomendación del ponente para quien quiera ahondar más en la figura de Karol Wojtyla, puesto que varias anécdotas del libro han formado parte de la conferencia: No tengáis miedo, del escritor Andre Frossard.