Como hemos ido informando, el mes de marzo, tradicionalmente dedicado a San José, ha sido especialmente intenso este año en nuestro Colegio con motivo del Año Jubilar del Patrón de la Iglesia Universal.
El día 19 tuvieron lugar dos grandes celebraciones. La más importante, la Eucaristía, convocó (presencial y virtualmente) a alumnos y profesores del Centro. El padre Juan aportó un valioso mensaje en su homilía, en la que destacó que San José es el santo más grande después de Jesús y María, ya que «custodió los tesoros más valiosos del Señor».
De él, explicaba el padre Juan, debemos aprender tres virtudes fundamentales:
-El trabajo silencioso de José, de quien no se registra ni una sola palabra en las Sagradas Escrituras. Debemos «hablar menos y hacer más, pero sin alardear», dijo el sacerdote.
-La pureza de José. «Él tenía el corazón, la mirada y la lengua limpios».
-La oración. «José era un hombre de oración. La oración transforma nuestra vida».
A la celebración de la Santa Misa se sumó un acto muy emotivo: la bendición del Huerto de San José, un precioso proyecto del Karol Wojtyla que ya ha comenzado a tomar forma. Los niños de tercero de Infantil asistieron a la bendición de este espacio, que en un futuro no muy lejano estará presidido por una imagen de San José y será escenario de vida y oración: en él sembrarán plantas de todo tipo desde los más pequeños hasta los alumnos de Secundaria en sus trabajos de Biología.
La visita de los seminaristas de Toledo, la realización de actividades en torno a la figura de José o la colocación de una gran pancarta realizada por los alumnos de la ESO han redondeado lo que sin duda ha sido un mes inolvidable.